La columna de Romi Layús

Fin de año.

Llega junto con las despedidas y las fiestas de fin de año, con las ofertas de viajes y el pan dulce. Llega con esos muñecos de Papá Noel a cuerda que venden en la peatonal, y las lucecitas Navideñas que decoran las casas.

Junto a todo eso, llega la sensación de que el año se pasó volando.

Ayer era Marzo. Ayer empecé la facu. Ayer me mudé de casa. Ayer me fui de viaje y ayer volví. Ya pasaron doce meses desde ayer y todavía no sé si es que todo pasa muy rápido o dura muy poco. Pensemos:

Un abrazo: 1 minuto

Una vuelta en calecita: 3 minutos

Una carrerita: 15 segundos

Un escalofrío: 5 segundos

Anoche mientras cenaba con mis amigas salió el tema: “Cómo se pasó, ¿no?”.Y ahí, como una serie de ítems o viñetas, empezaron a aparecer en mi cabeza muchas de las cosas que me pasaron y que fui haciendo que pasen en este 2010. Me colgué como por diez minutos con esas imágenes hasta que una de las chicas me trajo de vuelta a la mesa: “Romi, te colgaste”.

¡Llegaron las fiestas! Y con las fiestas la familia, la mesa grande, la fuente de Bithel toné que va y viene de una punta a la otra, los abrazos de las 12:01, los grandes que esperan los regalos más que los chicos y los deseos, esos que a veces no contamos pero repetimos dentro nuestro cuando el cielo se ilumina con esos globos que llegan a lo más alto.

Y bueno, si se pasa rápido y si dura poco, saber que lo más importante es aprovechar cada segundo que tenemos. ¿En una publicidad cuánto tenemos? ¿40 segundos? ¿60 a lo sumo? Y ahí está nuestra verdadera creatividad. En hacer lo mejor que podamos con el tiempo que tenemos. Un comercial puede durar 100 veces menos que una película y emocionar de la misma manera.

En definitiva, si el 2010 pasó rápido no importa. Importa lo que nos dejó. Lo que aprendimos. Lo que descubrimos. Lo que rescatamos de estos 365 días. Lo bueno y lo no tan bueno. Lo lindo y lo que nos costó un Perú. Las lágrimas. Los besos. Las ideas. Los proyectos que emprendimos, los desafíos, esos que en nuestra cabeza parecían como “tengo cero chance” y de repente no salieron para nada mal.

Todo eso, es por lo que vale la pena brindar y emocionarse. Esos son los verdaderos regalos, que aunque no se vean, van a estar ahí al lado en el arbolito.

¡¡MUY FELICES FIESTAS A TODOS LOS PUBLICISTAS Y NO PUBLICISTAS!!

Y que las buenas ideas nos acompañen siempre en la publicidad, pero más que nada en nuestra propia vida.

¿DE QUÉ HABLAMOS CUANDO NO HABLAMOS DE NADA?

Con Juanita siempre hablamos del clima. No sé si porque no tenemos otra cosa de qué hablar o simplemente porque nos gusta hablar de eso. De lo feo que amaneció pero lo lindo que se puso después, del viento que te llena de tierra la casa, del calor que hace afuera, de la humedad que te infla el pelo… y así podemos estar cinco o diez minutos comentando la temperatura:

– Hola Juanita…

– Romi, ¿cómo estás?

– Bien, che…qué calor, ¿no?

– Si, está pesado. Pero acá está más fresquito fijate…

Charla que se repite un par de veces al día con el portero, un compañero de laburo y algún conocido de por ahí. Es como si el silencio incómodo que a veces sentimos en un ascensor se trasladara a otros lugares obligándonos a hablar de algo, sin hablar de nada.

Lo que podemos llamar “charla relleno”.

Definición: Las charlas relleno son bastante frecuentes y a veces un tanto incómodas. Se dan en distintos lugares, a cualquier hora del día y pueden tocar temas como: el clima, el tráfico o lo caro que está todo.

La publicidad también puede ser sólo un relleno, pero la verdad es que también puede ser algo más. Por suerte, cada vez hay más ejemplos de lo segundo. Basta con ver un comercial que cierra diciendo: “Sentirse bien es una elección” o  “La vida es como te la tomás” para darnos cuenta de esto. Ahí es cuando deja de ser algo que pasa entre el final de una novela y el comienzo de otra, para ser un mensaje que deja mucho más que el nombre de una marca.

Quizás se trate de eso, de querer dejar algo a los demás. Una emoción, un pensamiento, una idea, algo que sintamos que vale la pena compartir. Porque vamos a seguir hablando del clima y los 38 º, pero también vamos a tener la oportunidad de decir mucho más que eso. Está bueno que cuando llegue ese  momento, lo podamos aprovechar.

Hasta la semana que viene!

Imperdibles:

H20: sentirse bien es una elección

http://www.youtube.com/watch?v=HWMFR0TTyhk&feature=related

http://www.youtube.com/watch?v=tXb88J5sZtw

COCA LIGHT: La vida es como te la tomás

PARA EMPEZAR

Chau, gracias.

Salimos de un local y agradecemos, a lo mejor hasta sin haber sido atendidos.

Gracias por venir.

Cuando es nuestro cumpleaños.

Gracias, muy amable.

Si nos ceden el asiento en el colectivo.

Así, en un montón de situaciones más decimos gracias. Nos enseñaron a agradecer y, por suerte, no perdimos esa costumbre.

Los otros días me sorprendió la manera en la que un hombre en la calle me agradeció por haberlo dejado pasar primero con el auto, faltó que se bajara a darme un abrazo, estaba feliz el señor, habíamos hecho ya una cuadra y me seguía levantando la mano, gesticulando por el espejto retrovisor “muy amable, eh.”

Los publicistas también somos agradecidos… del tío que nos dio el primer laburo, aunque sea para diseñarle unas tarjetitas personales, de los familiares que todavía no entienden a qué nos dedicamos pero dicen: “vi una propaganda divertida y me acordé de vos”, del aviso que nos hizo entrar a una agencia y del que nos llevó a otra mejor.

En realidad si te ponés a pensar, te das cuenta de todas las cosas que tenés para agradecer. Desde lo más chiquito hasta lo más grande. Ojo, esto no quiere decir que no haya días en los que lo único que agradecerías es no levantarte de la cama. Está claro. Pero lo que digo es que, muchas veces, es reconfortante ser un poco más agradecidos.

Esta es la primera nota que escribo y tuve ganas de arrancar diciendo gracias, principalmente a Rodolfo Bellomo, por darme la posibilidad de estar escribiendo acá. La idea es poder compartir en una carilla (carilla y media a lo sumo, si estoy con todas las luces) cosas que nos pasan dentro y fuera de la publicidad. Esas cosas que nos pasan a todos y que cuando las leés o las escuchás te sentís un poco mejor, de saber que no sos el único, que a muchos les pasa lo mismo o algo muy parecido a lo que te pasa a vos.

Hasta la próxima. GRACIAS. Yo.